
Al mismo tiempo que los niños progresan en la escuela, se
enfrentan a una creciente demanda de sus habilidades visuales. En ocasiones, el
tamaño de la impresión en los libros de texto es muy reducido y la cantidad de
tiempo dedicado a la lectura y el estudio aumenta significativamente, lo que
demanda un esfuerzo añadido en los ojos del niño. Cuando ciertas habilidades
visuales no se han desarrollado por defectos de refracción no compensados, el
aprendizaje es difícil y aumenta el estrés de los niños, que normalmente evitan
la lectura y otras tareas de visión de cerca; tratan de hacer los deberes, pero
con un bajo nivel de comprensión o de eficiencia, o experimentan malestar, fatiga
y poca capacidad de atención.
Según los especialistas, algunos niños con dificultades de
aprendizaje tienen comportamientos específicos de hiperactividad y distracción,
y a menudo son diagnosticados de Déficit de Atención e Hiperactividad (TADH). Sin
embargo, los problemas de visión no detectados y no compensados pueden provocar
algunos de los mismos signos y síntomas atribuidos al TDAH. Debido a estas
similitudes, algunos escolares pueden estar con un tratamiento de TDAH cuando
tienen un problema de visión que no ha sido detectado.
Noticia publicada en la Gaceta de Optometría y Óptica Oftálmica.
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